sábado, 10 de marzo de 2012

Texto, pretexto

 Para la primera mitad de este poema
pienso en una muchacha en flor, muy joven,
bellísima y callada,
que está mirando algo
(yo no sé qué, porque la miro a ella)
pero que se distrae enseguida
y me mira a los ojos con sorpresa.

Para la segunda mitad de este poema,
que escribiré de aquí a unos años,
lo he preparado todo cuidadosamente:
he dispuesto un espejo en un ángulo de la escena
(no me parezco a mi padre todavía
pero ya empiezo a ser mayor
para que mi imagen aparezca en un verso)
y así ver sin ser visto, como dicen que miran
quienes tienen en la cabeza una música que no puede cantarse,
y tengo un libro entre las manos donde leo
un poema que escribí hace mucho tiempo
sobre una muchacha en flor, muy joven,
bellísima y callada.
Si levanto la vista,
soy yo quien miro con sorpresa
y es ella que se acerca y que me trae los deberes hechos.
Andrei Distrievich

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