viernes, 28 de septiembre de 2012

Va de bichos (VI)


Hace tiempo que espero a publicar el soneto que, si no me equivoco o no aparecen nuevos textos, sería el último de los intercambiados entre Rafael y Mario Loppo en torno a la tortuga del primero. Rafael y Loppo, sí; pero ya hablé en un primer momento de que se trataba de una correspondencia entre tres autores. Rafael, Mario Loppo y “Tere”. De esta última no tenía más conocimiento –ni tengo, si me veo animado a ser sincero− que su mención explícita en el último de los sonetos de la serie, firmado por Mario Loppo. Otras alusiones del poema me hacían pensar en un texto intercalado entre el último que publiqué aquí, «Callar podrá tus labios el desecho», de Mario Loppo, y el que considero, como decía, provisionalmente el último, también de Loppo.

Yo esperaba recibir, por medios tan insólitos como recibí los de Rafael, que no conservaba, el correspondiente soneto extraviado de Tere. Me había pasado completamente por alto, sin embargo, una nota que figura a continuación del original de Loppo, de ese último soneto que en breve publicaré y en que se hace referencia a Tere. Si no vale como pretexto, al menos servirá para explicar mi descuido el hecho de que, aunque el soneto de Tere aparece allí reproducido –y por tanto ha estado ante mis ojos desde un primer momento–, Loppo lo escribió, de su puño y letra y a continuación del suyo, como he dicho, no con la habitual separación en líneas de los versos, sino en prosa –utilizando, eso sí, las preceptivas barras separadoras– y además inserto en un párrafo, en parte ilegible, donde da alguna aclaración de las circunstancias de escritura de ese soneto. Será mejor que lo explique, reconstruyendo lo que creo, sin dudas en exceso severas, que Mario Loppo quiere decir:

El soneto de “Tere”, de quien Loppo jamás dice el nombre completo ni otra pista de su identidad pero a la que siempre se refiere como mujer (por lo que debo descartar que sea abreviatura de Terenciano, Terencio o Teremun y apostar por Tereciela, Terentia o el más probable Teresa), estaba escrito inicialmente en inglés, escribe Mario Loppo. Del original, sin embargo, no quedan más que tres versos, el segundo, el octavo y el último, porque Loppo, inexplicablemente, lo tradujo al castellano (y esta es la versión que publicaré aquí, la que contiene, en líneas de prosa, el original de Loppo antes referido) y solo copió, al lado del verso correspondiente traducido, y entre paréntesis, los tres versos señalados.

Por ser un soneto escrito originalmente en inglés, y al no contar más que con su versión en castellano, que presenta tres serventesios de rimas diferentes más un dístico final, he optado también por esta disposición aquí. También reproduzco al final los tres versos conservados del texto inglés perdido:

Entre los setos brilla una estrella,
se ha posado sobre tu tortuga[1].
Mi luciérnaga la hace tan bella
junto a los brezos y el rio Muga…

Como luz y sombra se emparejan,
tu galápago con mi luciérnaga.
Como faro con concha se alejan,
del cauce roto y la oscura ciénaga[2].

De luz cubre tan gran envoltura
el bichito a su elegante amigo,
que de magia, adorna  su figura.
Verlos andar, la luna, es testigo.

Poesías, fábulas, y otros caprichos,
es tu clase, un verso, y otros dichos[3].

“Tere”



[1] and her light has landed on your turtle.
[2] from the broken river and the dark swamp.
[3] is your room, some clear lines, and other words. No entiendo la traducción de room por “clase”, salvo por necesidades métricas. Sea cual sea el motivo, la traición al original, es bien sabido, constituye un problema frecuente de las traducciones, al que no escapó tampoco Mario Loppo.

4 comentarios:

Rafael dijo...

Cómo partícipe indirecto de este interesante goteo de poesía quelonia, me aventuro a solicitar la versión original completa del poema de Tere, cuya traducción publica amablemente el Sr. Sanz. Los interesantes versos en inglés que aparecen en las notas a pie de página nos abren el apetito para saborear el pastel en su totalidad. Espero que mi petición no se considere demasiado osada.

Rafael dijo...

Leí el texto del Sr. Sanz con prisas y pasé por alto la advertencia de que los tres versos a pie de página son los únicos restos del poema original. Es una lástima, pues la cosa prometía.

Andrei Distrievich dijo...

La verdad es que, con todos los respetos, yo siempre leo con alguna reserva todo lo que publica el Sr. Sanz en referencia a Mario Loppo. No es que dude de su palabra, ni mucho menos, pero a veces sospecho que se reserva información o que la administra en función de sus intereses (y aclaro que de ninguna manera pienso que en beneficio propio pero sí tal vez en favor de su estimado amigo Mario).

Ramón Sanz dijo...

Me había pasado completamente inadvertido tu comentario, Andrei, perdona.
No entiendo tus reservas, la verdad, cuando tú mismo has podido examinar siempre que has querido (y siguen a tu disposición) los originales de Mario. Solo puedo admitir (pero a menudo lo hago notar) que la interpretación de los textos, las hipótesis acerca de las condiciones de su producción, cuando no tengo otra información disponible, son enteramente mías, pero eso no excede los límites de lo lícito y lo honesto, ¿verdad?