sábado, 7 de julio de 2012

Va de bichos (III)

El tema de la tortuga ha adquirido una cierta magnitud, no exenta de implicaciones metafísicas, a la que no sé si seré capaz de enfrentarme. Revisando los originales de Mario Loppo y el siguiente soneto de “Rafael” que continúa la serie y que hoy mismo ha llegado a mis manos, advierto la total pertinencia de la duda planteada por el mismo “Rafael” en respuesta al comentario de “Blancaneus” (¿un trasunto de la misteriosa “Tere”?), es decir, la cuestión de si la tortuga de los sonetos es una tortuga (un ejemplar concreto, propiedad, según parece de “Rafael”) o si es, también, la Tortuga, la especie, la idea de tortuga, la tortuga platónica y la palabra “tortuga” que es todas las tortugas, siguiendo la misma doctrina platónica expuesta en el Cratilo, y actualizada, como recuerda “Rafael” por Schopenhauer.

Curiosamente, mágicamente (por no utilizar el más perturbador necesariamente), hoy mismo, curioseando en el Facebook, ha llegado ante mis ojos una curiosa estampita de esas que circulan por las redes sociales como las excreciones que flotan en las aguas del Ganges y que suelen ir acompañadas de los habituales comentarios insustanciales o gazmoños o ambas cosas a un tiempo y los apasionados e irreflexivos “me gusta” (las estampitas, no las excrecencias), que se refería a Schopenhauer:



Es lo que tienen las palabras. Basta que nos atraigan por su disposición o su sonido (o por la personalidad y autoridad de su emisor, como es el caso), aunque no digan gran cosa. La majadería hubiera sido inmensa, de haber sido informada por un pensador inmenso también. Pero Schopenhauer, por voluntad propia, no lo era (Jorge Bucay tampoco, que conste, que no quiero que me acusen de desarbitrio). Lo que sí es verdad es que me ha hecho gracia porque, ¿qué tal esta variación?: "La filosofía es un ejercicio de inconsciencia verbal, mediante la cual la metafísica suena como la música, y después se organiza en tratados sistemáticos de espiritismo".

Pero bueno, me estoy desviando de la cuestión. Y la cuestión es que yo optaría por una duplicidad en cuanto a la tortuga de marras, como las damas de aquellos poetas petrarquistas que existían de forma real a veces (de lejos, con los cabellos de oro al viento, o de cerca, mayormente en frecuentados burdeles, e igualmente desmelenadas) pero que casi siempre respondían a un modelo ideal y prefijado.

Lo de “Blancaneus” ya es otro tema, tal vez más delicado incluso. Va de bichos también, se ve, y de cuentos, y además:
a) no se trata de la “Blancanieves” del cuento, que es eterna (es la especie zoológica “casi adolescente intocable”) o
b) “Blancanieves” se ha escapado realmente del cuento y se ha convertido en un ejemplar concreto (¿cuál es su nombre?) o
c) la “Blancaneus” de Mario Loppo no tiene nada que ver con la del cuento, y en ese caso yo me he confundido de cuento, los siete enanos conspiran de todos modos contra mí y además no soy el Príncipe.

2 comentarios:

Blancaneus dijo...

La cosa se complica, y yo " casi adolescente intocable", estoy pensando en la indiscernibilidad de los idénticos según Leibniz. Si a y b comparten todas sus propiedades, entonces a y b son idénticos, es decir son el mismo objeto. Pero claro, la tortuga de Rafael ha muerto. Quizás estemos hablando de tiempos distintos. Pido mil excusas a Rafael por mi involuntaria intromisión.

Unknown dijo...

No hay motivo de disculpa, Blancaneus. Tu "intromisión" ha generado un debate interesante. Mi ya difunta tortuga - que siendo macho, respondía (y esto lo juro por Dios)al nombre de Ramón (también Ramonet) - sonríe mientras busca sus hojas de lechuga entre nuestras vanas frases. De hecho, pocas veces la vi tan viva como durante este intercambio de pareceres.
Por lo demás, mi naturaleza se decanta más hacia la teoría conciliadora de Leibniz/Blancaneus que hacia la supuesta duplicidad sugerida por el Sr. Sanz.
Mi recordado Ramonet - que murió, por cierto, víctima de anorexia post-hivernación - será siempre "mi" tortuga, pero también "la" tortuga.
No obstante, la variedad de especies y subespecies entre los quelonios, invita a penetrar en una nueva problemática: ¿Puede Ramón (Testudo Graeca Ibera) proclamarse "la tortuga" y representar entre otras especias a, por ejemplo, la tortuga alligator, variedad de tortuga carnívora, depredadora y acuática?
¿El gato de Schopenhauer era común, siamés, de Angora o de yeso?