jueves, 14 de julio de 2011

El extraño caso del doctor Mario Loppo

Se hacía llamar doctor, aunque nunca conseguí aclarar en qué, una vez descartado que lo fuera en medicina, dado su escaso interés por este campo y por el hecho de que su delicada salud física, y tal vez mental (el "tal vez" responde a mis profundas dudas sobre su estado, por los indicios contrarios que intentaré ir exponiendo más adelante), lo pusieran habitualmente en situación de continuo paciente. Su enorme cultura literaria me hizo sospechar siempre que fuera doctor en alguna filología, aunque sus conocimientos de historia, filosofía e incluso de algunas ramas de las matemáticas, además de sus continuas evasivas a aclarar nada sobre el asunto, me mantienen aún hoy en la incertidumbre.
Poco más puedo concretar sobre el resto de las cuestiones. La misma indeterminación mantuvo el doctor sobre los demás aspectos de su vida, actitud que se parecía más a un prudente ocultamiento de supervivencia, cuya causa no he acabado de averiguar, que a la modestia. No estoy nada seguro, por ejemplo, de que Mario Loppo fuese su nombre verdadero, al menos no en esta forma. Me habló a menudo de Italia, de Bérgamo especialmente, y he encontrado algún Mario Lupo con el que podría mantener alguna relación de parentesco, aunque aún no he seguido todas las pistas. También podría tratarse de Màrius Llop, si era catalán, como me lo pareció al principio, y nombre por el que me inclino, Mario Lobo, Lopo, Lope, López o tal vez el gallego Llovo (Galicia era para él casi una segunda patria, si no la primera, que ignoro cuál fuera, y solía viajar allí con frecuencia), o incluso Marius Wolf. Los dos paquetes con escritos autógrafos que me envió desde su ¿definitiva? reclusión en un hospital psiquiátrico penitenciario (donde supe que se encontraba sólo al recibir su envío, pues llevaba casi tres años sin tener noticias suyas) están escritos en catalán, castellano, italiano y, a veces, en inglés, aunque parece que las preferencias se inclinan por las dos primeras lenguas citadas, puesto que, cuando los textos están escritos en inglés o en italiano, normalmente presentan otra versión (cierto que nunca exactamente una traducción) en español o catalán, y así serán presentados aquí.
Demasiadas incógnitas para los pocos medios con los que cuento, que tal vez no serán nunca suficientes para desvelarlas. De momento, solo tengo los manuscritos que me envió, que iré dando a conocer poco a poco en este mismo espacio, en la medida que pueda establecer las versiones definitivas y fijar los textos, a la espera de encontrar financiación para su edición en papel.

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