jueves, 26 de mayo de 2011

El otro, el mismo

Leo, con felicidad, un hermoso poema de Daniel Recasens, intitulado Com els núvols, y que discurre así:

Prematurament decebut,
l'Ignorant torna a decidir
no escoltar una sola paraula.
Fa dibuixos i perd el temps
guaitant per la finestra
sabent que, de tota manera,
els dies (com els núvols)
no es poden aturar.

Inmediatamente pienso en un texto de Fabián Casas que realmente parece el pre-texto del de Daniel Recasens:

Alarma

Durante la noche
suena la alarma de una fábrica
cercana a mi casa.
Mientras fumo,
me pregunto si será un error,
un robo
o algo exclusivo para mí.

Fabián Casas, El Salmón (1996)

Pero el bonaerense o, como tal vez él prefiera, boedense, Fabián Casas y el reusense Daniel Recasens no se conocen ni se han leído. Actúa aquí, como dice Roberto Paoli hablando de Borges, no un programa sino una fatalidad: "La literatura, según Borges, es una creación de cada uno y de todos, pero no de un grupo, una escuela, un movimiento, una clase, una época [...]. La variación personal es al tema universal lo que el individuo es a la especie, es decir lo evidencia en una realización particular, pero esencialmente no lo transforma" (Paoli, Roberto (1987) "La literatura según Borges", Boletín de la Academia Argentina de Letras, t. LII, n. 203, Buenos Aires, enero-junio, pág.159).

El texto de Daniel Recasens resulta un perfecto contrapoema del de Fabián Casas, al resolver las dudas que este último plantea. La alarma acaba declarando su significado como robo, el robo del tiempo. Lo que más sorprende, sin embargo, no es la respuesta a la pregunta planteada en el poema del argentino sino que la indiferencia, la desgana (uno fuma, el otro pinta) se mantienen en el poema del catalán.

Borges, en "La flor de Coleridge", recordaba la idea de Paul Valéry de que la verdadera historia de la literatura no debería hablar de autores y obras, sino presentar "La Historia del Espíritu como productor o consumidor de literatura", similar a la de Emerson, anterior, que formulaba la hipótesis de que "diríase que una sola persona ha redactado cuantos libros hay en el mundo; tal unidad central hay en ellos que es innegable que son obra de un solo caballero omnisciente" (Emerson, Essays, 2, VIII), e incluso a la de Shelley, que, como advierte Borges, las precede a ambas, que señala que todos los poemas son fragmentos de un solo poema infinito.

Recasens y Casas han escrito en esta ocasión dos fragmentos consecutivos. Los preceden todos los demás fragmentos que conforman la literatura universal, y los suceden... Ah, pero no caeré en la tentación de hablar ahora del fin de la literatura.

4 comentarios:

aficionada als cursets dijo...

El Uno es igual al Todo.

Ramón Sanz dijo...

Bueno, en realidad nos movemos entre lo uno y lo diverso

aficionada als cursets dijo...

retazos de una misma Verdad.

Pau Roig dijo...

Tot és un i un és tot.